jueves, 7 de abril de 2011

MAS ALLA DE LA FANTASIA

Os relato el transito de la fantasia a la realidad cumplida el pasado sabado, y que, como suele decirse con razĆ³n aunque no siempre suceda, supero con creces las expectativas.

Eso si, pagare el peaje del desvelo de mi condiciĆ³n a conocidos no se hasta que punto discretos ya sea por juventud o ausencia de una amistad verdadera. Pero el cornudo febril que me reconozco a veces traspasa la barrera de la discreciĆ³n pues la extraƱeza y la sensaciĆ³n de dominio que produce en el corneador, aun mĆ”s en el inexperto y espontaneo, se transforma en deseo lujurioso para el cornudo y en desenfreno incontrolado para su hembra.

Fui yo quien tuvo que envalentonar a mi mujercita para cumpkir su fantasia de ser agasajada por un joven varon, apuntando a un conocido que no amigo, con el que de vez en vez coincidimos viendo en el mismo bar los partidos de champions, nomalmente del madrid,. En mĆ”s de una ocasiĆ³n prolongamos en un tercer tiempo indefinido esos partidos embrigandonos en locales que suelen frecuentar jovenes de la edad de M, asi se llama el afortunado.

Habiamos probado ya anteriormente el acercarnos a bares de estudiantes buscando la colaboraciĆ³n de un joven semental que apagara la calentura y la inagotable sed de polla de mi niƱa, madurita evidente, pero bien conservada y apetecible para machos de cualquier edad. Pero tales intentos ya sea por nuestra excesiva pero conveniente prudencia, ya por la inexperiencia o falta de decisiĆ³n en el Ćŗltimo y decisivo paso de los jovenes aspirantes no llegaron a cuajar.

el viernes por la noche, aun recien follada mi niƱa el dia anterior por su joven amante, mi mente calenturienta, ante la imposibilidad de acometer nuestos juegos lascivos para el sabado con mi cornador y amigo U. y mi diosa y ma R. por mor de un inoportuno resfriado de uno de sus hijos, me llevo a proponer a mi hembra el salir solos y dejar a los niƱos dormir fuera tal comom teniamos previsto y acercarnos a tomar una copa en uno de los locales frecuentados habitualmente por M., un chaval de 24 aƱos, resulton, alto de buen fisico y bastante extrovertido, y por que no, hacernos los encontradizos y quien sabe que pudiera ocurrir, a lo que mi niƱa al principio reacia, una vez le calente su sexo y sobre todo su cabeza termino por aceptar no sin antes correrse entre mis caricias a mi preciado tesoro y las alusiones a lo deseosa que resultaria a los ojos de tan tierno varon, fantaseando ambos con la potencia y el vigor juvenil de M., que seguro se cayo de la cama esa noche al ser nombrado en alcoba ajena.

Asi lo hicimos, salimos en taxi para evitar problemas con el coche y los dichosos controles, tapeamos algo, y sobre las 11 de la noche llegamos aunos de los locales que yo sabia frecuentaba el bujarron. Era aun temprano para las nuevas generaciones y tomamos una copa tranquilamente mientras el local poco a poco se ambientaba. No sabria decir el tiempo que transcurrio mientras algo nerviosos escudriƱaba el acceso al local impaciente y descreido ante la posibilidad del fiasco. pero por fin aparecio junto con dos amigos mƔs. Le indique a mi niƱa que habia llegado nuestra presa y nerviosos como chiquillos nos hicimos los despitados, hasta que inevitablemente me vio y se acerco a saludarnos. Le presente a mi mujer y un cosquilleo recorrio mi cuerpo ante la mirada satira del joven candidato a una madurita sugerente y atractiva como mi niƱa, que no hay que decirlo iba, con su corto y ajustado vestido y sus medias sugerntes, ******panante.

El al rato, nos presento a sus amigos e iniciamos una divertida e irrelevante conversaciĆ³n de un sabado de juerga alternando invitaciones a copas. Transcurrido un rato casi se estropea el invento pues uno de los amigos queria ir a otro local, y M. casi amago la despedida pero tal vez nuestro rostro, el de mi hembra seguro que ya caliente y este cornudo con su pollita palpitando, delato el deseo de continuar la juerga por lo que amable nos sugirio que les acompaƱasemos.

Estuvimos en al menos tres locales mĆ”s y de las copas se paso a los chupitos, tomando yo ya lanzado las medidas oportunas para que mi mujercita siempre tuviera compaƱia adecuada. A veces me ausentaba al servicio observando a la lejania como conforme pasaba la noche aquellos jovenes al principio algo timidos por la diferencia de edad, con el paso del tiempo y la desinihibiciĆ³n del alcohol iban acorralando a quien queria ser cazada y devorada. pero tambien observe desde la cercanĆ­a que mi niƱa habia puesto sus ojos en M., con diferencia el mĆ”s atractivo y dicharachero, y que de forma natural empezo a cortejar aun subsconciente a quien con la mirada se lo comia, mi dulce mujercita.

Sea como fuere, ya tarde los amigos se fueron excusando quedandonos los tres para el desenlace definitvo y morboso. Al pedir la enesima ronda de chupitos que mi mujer prudente nunca consumia completo pero que yo vicioso ya notaba en mi cuerpo, fue mi niƱa quien seguro influida por el licor, rememoro nuestros tiempos juveniles advirtiendo el viejo truco de comer el limon que acompaƱa al tequila de los labios del chico/chica acompaƱante, dando un pequeƱo sorbo de su chupito y colocando el limon en sus labios a la espera del zarpazo varonil que yo no daria. Al principio incredulo M. espero mi reacciĆ³n por si aquellos maduritos querian jugar con su inexperiencia, pero mi febril deseo y la mirada de mi niƱa clavada en sus ojos le hicieron naturalemnte comprender que era el afortunado que rozaria los labios de aquella putita lujuriosa. Sin mediar palabra comio del limon y aun bajo los efectos del acohol mi pichita dio un respingo cuando pude apreciar que la manita de mi mujer retenia al joven e inexperto M. al batir retirada, para de seguido morder suavemente mi hembra emputecida los labios del chico que perdido por el deseo respondio de momento acabando aquello en la mezcla de lenguas casi imperceptible y en un silencio lleno de morbo.

"Que bien besas..." le solto mi desatada hembra al ruborizado joven. "Dame otro sin limĆ³n.." le espeto al ya inquieto M. que mirandome sorprendido descubrio tal vez por primera vez el rostro lujurioso de un cornudo consolidado. Mi niƱa tomo las riendas se levanto y le planto un morreo que hizo que advirtiera que no estabamos solos y girara la cabeza para controlar quien nos observaba. Era tarde y el local bastante concurrido nos hizo pasar inadvertidos. El chico flipaba y yo feliz con la situaciĆ³n que habia fantaseado propuese retirarnos a un sitio tranquilo. Mi mujer protesto y pidio lo que queria, "me has puesto muy caliente..." le solto al chaval, que recobrando el dominio advirtio que el estaba que echava chispas. La experiencia es un grado y puse al chaval en situaciĆ³n, mientras aparentaba tranquilidad con mi copa en la mano, dejandole claro que el era esa noche el macho que mi mujercita necesitaba. El casi no hablaba mientras discerniamos donde ir a consumar la bacanal, cuando el ya sin apartar los ojos de quien era ya su hembra propueso su piso de estudiantes, advirtiendonos que lo compartia con un compaƱero pero que seguramente habria salido.

salimos y nos dirigimos a una cercana parada de taxis montandonos los tres atras dejando a mimujercita en el centro. La calentura era evidente y la natural pasion desatĆ³ el escandalo. Mi mujercita y el chaval ya n reperaban en mi, y tanta y tan febriles miradas acabaron en un morreo que me delato ante el taxista como el cornudo que soy. Emputecida y desinibida sin duda por el licor tomado mi mujercita se entrego al escandalo ante mi impavida vigilancia y desabrochando la bregueta de M. dejo al descubierto el miembro que aun en penumbra ya se adivinaba desatado, y comenzo un suave y certero pajote, dedicandome por fin la unica mirada de la noche ante el exito de nuestra empresa. Susurrandole algo que no pude escuchar al oido del macho joven afortunado ambos rieron y solo lo entendi vuando mi mujer sin piedad ante pasmado taxista me pidio que mostrara mi pobre pichita. Excitado pero obediente saque mi solo morcillona pero pringosa por la excitaciĆ³n pollita, solo para que mi hembra le mostrara a su joven macho por que esa noche seria suya.

cuando llegamos, ellos bajaron sin dar suiquiera las buenas noches al alucinado taxista al que como buen cornudo abone la carrera. En el ascensor se subio ya entregados al vicio con espectador cornudo privilegiado. Al entrar en el piso, desordenado como se precia un buen piso de estudiantes, descubrimos para nuestra sorpresa que el compƱaero no habia salido, y en calzoncillos y camiseta veia la tele en el sofa, reaccionando con cara de poker ante la compaƱia que traia su compaƱero. Asustado se retiro a su cuarto tras las presentaciones aduciendo que justo al llegar nosotros era lo que iba a hacer. Mi joven corneador me indico a mis requrimientos donde se encontraba la cocina a la que me dirgi a preparara unas copas por si habia algo que calentar, cuando el fuego ya ardia. Solo un momento tarde en ir y volver a preguntar por el lugar donde guardaban las bebidas y M. ya estaba comiendose a mi mujercita, entregada por fin a su fantasia soƱada. Deje de existir para ellos, convirtiendome en privilegiado espectador, solo interviniendo cuando mi niƱa, buscando la polla espectacular del muchacho comenzo una mamama con sus aniƱados labios, para sugerir el cambio de ubicaciĆ³n al dormitorio del follador.

Me recate en mi partcipaciĆ³n para no asustar al inexperto corneador, por que mi libido me pedia la entrega sumisa de preperar con una buena mamama aquel pollon joven y vigoroso para el coƱito de mi niƱa, pero ya insaciable lo hizo ella, quedando al poco desnuda y bella como una diosa ante el desatado joven que la mordia y besaba por doquier acarciando siempre que podia el humedo coƱito de mi niƱa para inopinadamente colocarse en su entrepierna y por fin ante la ahogada peticiĆ³n de la hembra entregada embestirla con la decisiĆ³n del verdadero macho, gimiendo entre dolirida y placentera mi emputecida mujercita. Mientras la follaba salvaje y apasionadamente me desvestĆ­ y no pude reprimir pajearme mi chorreante pichita que por fin alcanzaba cierto vigor ante el espectaculo que disfrutaba.

Casi empezaba a notar el gusto cercano a mi pobre eyaculaciĆ³n cuando el joven machote lecheo por primera y abundante vez a mi mujercita que con los ojos cerrados por el placer se mordia los labios para no gritar. " Que bien follas...." le regalo a su amante besandolo y acariando su joven y vigoroso cuerpo y sin un misero comentario para su sumiso cornudo que pululaba con mi pichita en mano alrededor de aquel ring del deseo.

Cuchicheron y rieron mientras se besaban en juegos que mi experta folladora ejecitaba buscando la recuperaciĆ³n del joven y potente miembro de M. Cuando lo hubo conseguido, que lista, dio un salto y se dispuso a cabalgar aquella polla joven que tanto soƱo asiendola el joven mamon por sus lindos pechitos y pellizcando salvaje los sonrosados pezones para conseguir por fin que mi mujer se arqueara como una contorsionista repicando sobre la polla que le provocaba aquel orgasmo que a mi con cara de gilipollas me hizo correrme a frente a ella en la cabezera de la cama. Tal vez por eso no repare en que M. la habia vuelto a regar, y es que los orgasmos de mi hembra saben exprimir un buen cipote sacando siempre el jugo de la vida, como experta folladora que con los aƱos mejora como el vino.

Tumbandose a mi lado y descabalgando al joven exhausto y jadeante, no me reprimi y fui a por mi premio en la entrepierna chorreante y pringosa de mi diosa. Tan febril era mi satisfacciĆ³n al limpiar y degustar el coƱito de mi hembra que no repare en sus conversaciones y risas hasta que M. a voz en grito llamo a P., su compaƱero de piso que no debia dormir por que aparecio casi de inmediato delatando el bulto que se escondia tras sus calzoncillos que tambien habia disfrutado tras la puerta del espectaculo solo apto para mayores.

Con aquella cara de niƱo, y aquella polla eniesta y presta a lo que se le pidiera mi mujercita pervertidora lo llamo solo con la mirada hasta que alcanzo a tocar aquella polla provocando el suspiro aliviado del chaval. No era un pollon, pero era evidente que era una polla joven y tierna como la que mi mujer ansiaba y por ello no tardo en metersela en la boca provocando casi la eyaculaciĆ³n del chaval, hasta que presta y ante la mirada sonriente y provocadora del compaƱero M., se coloco a cuatro patas pidiendo ejecuciĆ³n. Tan caliente estaba mi niƱa que esta vez fue ella quien tras pocas sacudidas del chaval esta vez si, exploto en un grito pavoroso de placer culeando posesa hasta que el niƱo exploto en su interior tanto semen que rapidamente broto por sus piernas y mancho la cama, callendo ella hacia delante exhausta y victoriosa. Rieron y comentaron la jugada, me pidieron que trajera unos refrescos para aliviar los esfuerzos realizados y por fin mi mujercita reparo en mi para regalarme con dos deditos una pajita humillante ante mis jovenes corneadores.

Nos e si volvere a ver el futbol con ellos. Mi mujercita me pide repetire la experiencia. Que linda putita.